12 noviembre 2007

El avestruz, el Mail y la tarasca.

Cuando nos conocimos fue todo muy raro. La policía le había roto la cabeza en pedazos por sacar unas fotos en una fábrica que habían desalojado. Yo lo iba a visitar a su casa y me metía en su habitación a fumar marihuana y jugar con sus libros, sus pipas, todas las cositas q me encantaban de este personaje. Una vez fuimos con mi amiga Gaby y ella nos tomó una foto donde yo le apuntaba a la cabeza con una pistolita de color verde que tenía él y que pensaba llenar de orina para llevar a la próxima manifestación.


Después de eso fuimos novios felices tres años, y la verdad es que la pasamos bien. Cortamos, nos juntamos de nuevo. Gran error. Nos embarazamos y abortamos. De todo, una linda historia de amor. Estándar, que sé yo.
La última vez no nos fue bien; recuerdo que después de hacernos el amor, sentí ganas de hacerlo volar a patadas, entonces tomé la cámara de fotos y tomé la última imagen que tengo de él. Su axila por delante, su cara fuera de foco por detrás.
Cuando de novios nos peleábamos yo le decía que siempre se hacía el avestruz; metía su cabeza debajo de algún lado y no quería escuchar nada de nada de conflictos. Eso era algo comprensible si pensamos en que los conflictos de verdad son una verdadera cagada, pero el tema se pone jede, pesado e insoportable, si se sigue barriendo debajo de la alfombra. Definitivamente él era uno de esos avestruces. No podía exteriorizar, no podía sincerar algo… por el contrario se brotaba. Se llenaba de granos desagradables que se le ponían rojos y amarillos en la punta. O grandes manchones en la piel como aureolas violáceas que le salían por la espalda hasta la punta del pene. ÉL nunca podía esforzarse por pensar más allá de él y ni siquiera.
Cortamos porque sí; porque no pudo decirme que no iba más. Solo dejó pasar el tiempo… como quien conoce a un flaco y se dá unos besos, lo vé dos veces, y después de a poco, le vas cortando el rostro… dejando pasar el tiempo. Yo lloré mucho.

Fui a la casa de mi amigo Mario el otro día y me comentó que ÉL se estaba haciendo el boludo con una plata. (…)
Mario estaba muy enojado, recuerdo que me dijo “en otros años esto se resolvía a los tiros… demasiado buenos somos”. Es que Mario había empezado a militar en la adolescencia de los 70 y sabía valorar el trabajo colectivo tan diferente a los gustos del avestruz.

Al tiempo de este episodio me llegó un mail de un tal Mariano Rojas. No recordé conocer a nadie con ese nombre. Dos fotos de adjunto. El asunto decía “RECUERDOS”. Las dos fotos adjuntadas eran la que nos había sacado Gaby y la última foto que le tomé yo.
A los tiros el avestruz, creo q se la veía venir.

No hay comentarios: