27 diciembre 2007

Mi bebé es el dueño del Conventillo de Teodoro



Creo que estaba en el barrio de Almagro sola, caminando o en un bar. Entonces me empezó a doler el orto. Sí, así nomás. Me miré la panza y deduje que era momento de parir.

Llegué al Hospital Durand y la próxima escena me encuentra pujando en una cama de hospital público, blanca y despintada. Yo tenía una remera de color negra tipo musculosa.

Recuerdo pujar tres veces sin dolor, y sentir como se salía de mi cuerpo el bebé.
Una enfermera gorda con delantal blanco sucio me lo entrega en brazos y yo noto inmediatamente el parecido a mi.

Me paro de la camilla deprimente y salgo hacia la calle, rumbo a la Asamblea de Almagro, donde estaban mis amigos.

Llegué caminando con el bebé en brazos. Sentía en mí una sensación de novedad terrorífica.

Ramón me ofrece pasar al cuarto de los bebés para dejar dormir al recién nacido y yo acepto conforme.
El cuarto era grande y aireado. Tenía un empapelado con motivos infantiles y había un montón de camitas tipo cuchetas, con sabanitas limpias y chiches por todos lados. Había móviles y un olor agradable.
El cuarto también estaba lleno de mamás y papás con sus respectivos hijos. Todos en pareja.

Entro al cuarto y me siento en una sillita a un costado con el bebé en brazos. Me di cuenta rápidamente que la ropa de los otros bebes estaba mucho mas limpia y mas nueva y linda que la que tenía mi nuevo hijo.

Marol, mi mejor amiga, me pregunta si le había dado la teta y yo le digo que aún no.
Entonces decido hacerlo.
Meto mi mano por el escote de mi musculosa negra y corriendo mi corpiño, saco mi pecho que estaba de un tamaño más considerable que el normal.
Con la teta en mano, apoyo al bebé en mis piernas y de a poco y con mucho temor acerco mi pezón a su babosa y regordeta boca. Instantáneamente el recién nacido se prende, y yo pego un grito de horror y de asco.
Una sensación de succión horrible, cosquilluda, y sobre todo ajena.
No podía hacerlo.
Lo intenté una vez más y me rendí.

Decidí alimentarlo de otra forma. Y descubrí q si apretaba mi teta salían gotas de leche.
Volví a apoyar al bebé en mi falda, e intenté reiteradas veces que la leche cayera en su pequeña boquita desagradable.
El bebé se empezó a ensuciar. Se llenaba de pelusa, se movía y embarraba toda mi ropa, toda su ropa, el piso, un asco total.
Los padres a mi alrededor horrorizados miraban.
Mi amiga Marol ya no estaba más.

Entonces el bebé empieza a hablar con fluidez. Sus palabras eran burdas y machistas. Sobre todo machistas y violentas. Agresivas. Horrible.

Empecé a pensar que tenía que deshacerme de él.
Entonces levanto la vista y miro a mí alrededor.
Nadie.
Silencio.
Y cuando vuelvo los ojos sobre el bebé que aún estaba en mi falda, me encuentro con Gabriel, el dueño del Conventillo de Teodoro. Un tipo de 40 años. Desnudo. Sudado y barbudo. Sobre mi falda, pidiendo teta.


Esto lo soñé.
Fotos que son ejemplos de bebés feos.
Si tienen más escriban a nobuscoencuentro@gmail.com



5 comentarios:

Eli Neira dijo...

boluda!!!!
jajaajaja
esta bueno el relato
¿que te dijo el dueño del conventillo?
Yo también soñe con un bebe hace poco
hay que comprar mas forros para los forros

avisame si hay novedades en casa
te mando un abrazo desde shile

eli

Henriq dijo...

Buen texto loca... y buen final, y buen blog, en fin, cosas buenas hay por acá...
A mis favs...

Slauts
Henrixze

El Beto dijo...

Hola cariño aquí estoy sólo y solo para agradecer por enamorarte de mis líricas porno dadaístas, y dejar tu maraca en el espacio, oye está actualizado por si quieres revolcarte por aquí

Oye que es la noche de tu hermana?

Desde el otro lado
Feliz parto, feliz maternidad


Beto

El Beto dijo...

**fe de erratas:
perdón donde dice "maraca" debe decir "marca"

upss...

Anónimo dijo...

buenas nena!!!
jajajaaj dejaste en mi fofofO
algo de embarazaa! y me alegre..
ahora veo ke es todo un sueño..
sos mala..
jajajajaja!!!
bueno pechocha!
que onda la teta a ese?
jajajaaj
que impresion!
bueno un beso

la flora..